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Preparación de Tierras

Desde hace miles de años, con el descubrimiento del arado, el hombre "prepara la tierra" es decir, la remueve y voltea a través de una operación que requiere de tracción (animal o mecánica), y luego la desmenuza con la ayuda de la rastra. La preparación de tierras es un componente esencial en el proceso de establecimiento y desarrollo de los cultivos, y al mismo tiempo es parte vital en el manejo integrado de plagas y enfermedades.

Con una buena preparación se consigue el control de las malezas, normalmente hospederas de plagas y enfermedades, y se destruyen muchos insectos plaga, en algunos casos al enterrar profundamente larvas, pupas y huevos, impidiendo la culminación de su ciclo biológico vital. En otros, las pupas y larvas son traídas a la superficie y expuestas a la acción directa del sol o de los depredadores (pájaros).

Cada cultivo y cada condición de suelo y el clima, determinan una preparación más o menos profunda o un desmenuzamiento más fino de los terrones del suelo. Lo importante es mejorar la condición física del suelo, su aireación y su facilidad para el movimiento del agua. Debido a los largos años de mecanización de los suelos tienden a formar lo que se conoce como piso de arado, consistente de la formación de una capa impermeable que evita la circulación del agua de lluvia o riego y el movimiento de las raíces de las planta sembrada.

Cuando la preparación es inadecuada y si no se logró romper el piso de arado, la acción de los herbicidas no es efectiva, se reduce la disponibilidad de nutrimentos, la emergencia de las plántulas es irregular, la penetración de raíces es limitada, el suelo se enmaleza rápidamente y la aparición de las plagas y enfermedades es más temprana. En otras palabras, se inicia un ciclo de cultivo problemático, con un crecimiento irregular, fallas en la densidad de siembra planificada, plantas poco vigorosas propensas a las enfermedades y plagas, todo lo cual provocará mayores problemas a lo largo del ciclo y, por ende, un rendimiento mucho menor que el esperado.

AL PLANIFICAR LA PREPARACIÓN DE TIERRAS, SE DEBE ASEGURAR DE LOGRAR:

  1. Disminuir y enterrar la soca del cultivo anterior.
  2. Hacerla escalonada en el tiempo, para controlar efectivamente las malezas, cerciorarse de la existencia de un piso de arado y destruirlo.
  3. Realizar la labor cuando la tierra tenga un contenido de humedad adecuado, de manera que el suelo quede mullido, suelto, poroso, con terrones pequeños, de forma de minimizar la erosión eólica.
  4. Realizar la labor en horas de la mañana o al atardecer, para reducir el arrastre por efectos del viento.

Es importante señalar que la preparación puede hacerse con tracción animal o mecánica. En Los Andes, es común la yunta de bueyes para preparar las tierras, debido a lo inclinado de los terrenos o parcelas, mientras que la preparación de tierras para la siembra en otras zonas es afianzada con el apoyo de equipos de tracción mecánica (tractores e implementos agrícolas).